domingo, octubre 30, 2005

A Ningunládo

Me lleva el día-a-día.día-a-día.día-a-día.día-a-día.día-a-día.día-a-día.día-a-día.día-a-día.día-a-día.día-a-día.
Y voy directo hacia Ningunládo, mientras le suelto la mano a mi deseo.
Y hago lo que Destino me pida.
Y te miro desde afuera, pero ni siquiera te puedo tocar.
Compré entradas; olvidé para qué obra.
No coincido.
El vértigo mismo, pero sin la sensación de vértigo.

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